“No entiendo el discurso de oído” es el problema más común que las personas que ya tienen experiencia en el aprendizaje del ruso y se inclinan por analizar sus dificultades se acercan a un profesor de ruso.
Resulta que las dificultades en la comprensión del habla de lenguas extranjeras por el oído dependen prácticamente poco de la “edad” de aprendizaje del ruso, del nivel gramatical, de la riqueza del vocabulario, que a menudo desarrolla en los estudiantes una creencia persistente en su “incapacidad” para aprender lenguas extranjeras. ¿Cuál es la “raíz” del problema y cuáles son las posibles formas de resolverlo?
La literatura científica en el campo de la psicología del aprendizaje de lenguas extranjeras ha demostrado que la percepción auditiva, junto con el pensamiento verbal y la memoria lógica, se considera un componente principal y no compensado en la estructura de las habilidades en lenguas extranjeras. Los factores que determinan la capacidad de realizar cualquier tipo de actividad se encuentran en lo más profundo de nuestra psique y se basan en las propiedades del sistema nervioso. En particular, en la psicología de la enseñanza de lenguas extranjeras existe una división condicional-tipológica de los estudiantes según su pertenencia a los llamados tipos cognitivo (o “lingüístico” ), comunicativo e intermedio, mixto – sobre la estrategia preferida de dominio del ruso, que, a su vez, está determinada tanto por las propiedades del sistema nervioso, como por las características de la personalidad del estudiante (ambas se manifiestan por ciertos signos de comportamiento que no pueden escapar a la atención de un profesor experimentado).
Por lo tanto, se sabe que la comprensión del habla de la lengua extranjera por el oído es una ventaja indiscutible de los representantes del tipo “comunicativo” y causa las mayores dificultades para los estudiantes del tipo “cognitivo”, siendo el punto en el que la diferencia entre estos dos tipos se destaca más claramente. También se sabe que esta comprensión es la más difícil de formar en los métodos de enseñanza existentes. ¿Significa esto que tenemos que renunciar a estos alumnos, lo que significa tanto su incapacidad para aprender a comunicarse plenamente en una lengua extranjera como la capacidad del profesor de ruso para ayudarles a hacerlo?
Cada uno de estos tipos de alumnos tiene sus propias características, que pueden denominarse convencionalmente como sus “puntos fuertes” o “débiles” en cuanto a su capacidad para dominar la lengua rusa. El profesor debe tener en cuenta estos aspectos a la hora de elaborar una estrategia individual para trabajar con un alumno concreto, de modo que se aprovechen al máximo los “puntos fuertes” para compensar los “puntos débiles”. El tipo “problemático” “cognitivo” que nos interesa ahora tiene, entre otras descritas en la literatura, cualidades tan fuertes como:
- una marcada propensión al análisis y a la asimilación consciente del material lingüístico;
- capacidad relativamente alta de memorización voluntaria mediada;
- gran capacidad de atención, precisión, autocontrol;
- gran capacidad de trabajo.
El profesor puede apoyarse en estos “puntos fuertes” de los alumnos de tipo “cognitivo” para mejorar la calidad de la escucha. Un buen conocimiento de la gramática, el vocabulario y la capacidad de establecer conexiones lógicas pueden servir de buena base a los estudiantes “cognitivos” en sus intentos de compensar su naturalmente débil capacidad de escucha.
En mi trabajo intento desarrollar la llamada “escucha eficaz” en los alumnos “cognitivos”. El término está tomado de la defectología, donde se utiliza para describir el uso activo de todos los estímulos disponibles para compensar la capacidad auditiva deficiente de una persona con discapacidad auditiva.
El principio subyacente es el mismo que el del desarrollo de la comprensión lectora: utilizar el razonamiento lógico para rellenar los “huecos” creados por las partes de un enunciado que no se entienden de oído. Este principio se basa en una conocida propiedad de la psique: la percepción holística. Los ejercicios consisten en interrumpir la escucha en lugares de pausas semánticas para dar a los alumnos la oportunidad de “pensar” lógicamente en lo que no han podido entender de oído. Al hacerlo, se anima al alumno a utilizar activamente el contexto y a emplear sus conocimientos de gramática para corregir sus hipótesis.
El objetivo de estos ejercicios es asegurarse de que es posible entender el enunciado sin distinguir claramente todas las palabras, lo que infunde confianza en el alumno. Mientras que los alumnos comunicativos tienen esta cualidad desde el principio, los cognitivos tienen que trabajar en ella, a veces superando su fuerte resistencia interna y la desconfianza asociada a una mayor necesidad de control consciente. La velocidad y la complejidad del texto a escuchar, el número de repeticiones al escuchar se determina por el nivel de competencia del alumno. Se presta especial atención a la entonación de los hablantes, a los acentos semánticos y a las pausas. Si se utiliza una grabación de vídeo, los gestos y expresiones faciales de los hablantes y el contexto visual general son estímulos adicionales que facilitan la comprensión. El trabajo persistente en esta dirección desarrolla el hábito de que los alumnos no escuchen las palabras individuales, sino que intenten captar el significado del enunciado en su conjunto, utilizando todos los estímulos no verbales adicionales.
Un buen ejercicio de entrenamiento consiste en escuchar repetidamente fragmentos de discurso de contenido conocido pronunciados por locutores con diferentes timbres vocales, rasgos de pronunciación, etc. para crear y fijar en la memoria auditiva representaciones auditivas generalizadas de palabras y frases.
Cuando se comunica en ruso, también se debe hacer hincapié en una comprensión semántica común de la expresión, utilizando perífrasis y componentes no verbales de la comunicación.
En el desarrollo de la comprensión auditiva, como en el de cualquier otra habilidad, es importante que no haya ningún intermediario en forma de traducción a la lengua materna, un factor discutido por muchos autores. La comprensión debe ser controlada por las respuestas y acciones de los alumnos, que es lo que siempre intento hacer cuando desarrollo esta habilidad.
Con este enfoque, todos los alumnos con dificultades persistentes de comprensión oral pueden mejorar significativamente su rendimiento en el proceso.