La lectura de textos paralelos en ruso es uno de los métodos más interesantes y accesibles para aprender ruso o otra lengua extranjera, pero la metodología de trabajo con textos paralelos no es tan sencilla y transparente como podría parecer a primera vista.
Al leer, tienes que aprender mucha información nueva: encontrarás palabras nuevas y construcciones gramaticales nuevas o no del todo aprendidas. Este volumen de información puede retrasar en gran medida la lectura o, sencillamente, desaparecer sin dejar rastro. Además, intentar leer la literatura rusa de esta manera a veces no sólo no enriquece su conocimiento de la lengua rusa, sino que dificulta la comprensión elemental del contenido del texto. Puede ser muy frustrante cuando trabajar con los textos consolidados es frustrante o parece inútil.
Los comentarios pueden leerse de diferentes maneras: antes, durante y después de la lectura de los textos. Para encontrar una secuencia de lectura óptima, recomendamos empezar a leer los comentarios después del texto en ruso (no importa qué texto -en ruso o en su lengua materna- lea primero).
Para que la lectura paralela sea fructífera, para avanzar rápidamente en sus conocimientos y mejorar sus habilidades, necesita seguir una metodología predeterminada, fijarse objetivos realistas y desarrollar una estrategia que cumpla esos objetivos. Desarrollar su método, su estrategia, es bastante sencillo. La siguiente parte de este artículo contiene algunos consejos para ayudarle a hacerlo más rápido.
¿Por qué y qué leer?
Es importante que la lectura de los textos paralelos sea una lectura y no un ejercicio, es decir, hay que prestar la máxima atención al contenido del texto. La lengua tiende a ser útil y necesaria, y la lectura es una de las aplicaciones naturales de su conocimiento del idioma. Por eso no es necesario que leas todos los textos que tengas a tu alcance: elige los que realmente te interesan. Puede elegir textos de ficción, periodismo y literatura científica.
Algunas personas empiezan por leer los manuales de los programas informáticos (cuya traducción, sin embargo, suele dejar mucho que desear). Si te concentras en el texto, captarás más directamente las nuevas palabras y estructuras gramaticales y elegirás las palabras de forma más natural.
Elegir una dirección de traducción
Cuando mi amigo de doce años vio un libro sobre la mesa con un texto en inglés en una página y en ruso en la otra, quiso hacer una broma y me preguntó por qué necesitaba “una cosa así”. Cuando le contesté que esos libros eran necesarios para poder leer en dos idiomas simultáneamente, me comentó sabiamente, queriendo hacer una broma, que “eso no ocurre así”: “¿Acaso lee usted el inglés con un ojo y el ruso con el otro? Todo chiste tiene su parte: tenía razón a su manera. Por mucho que nos esforcemos en crear la ilusión de leer en dos lenguas, seguimos leyendo en una y el texto en la otra sólo puede duplicar lo que ya hemos leído.
La lengua en la que se lee un fragmento por primera vez determina el resultado de su trabajo.
Tengo la impresión de que la mayoría de la gente piensa que la idea de los textos paralelos significa simplemente leer un fragmento en ruso y luego leer una traducción de ese fragmento. En realidad, la dirección opuesta – leer en español y luego leer la traducción al ruso – es igual de productiva, si no más. Todo depende de lo que se quiera conseguir, es decir, para qué se leen realmente los textos paralelos.
Español – Ruso
La dirección de lectura “clásica” y tradicional -del texto ruso al español- implica la práctica de la percepción, la comprensión del discurso extranjero y la autocomprobación -la lectura de la traducción-. El principal error de esta dirección de lectura es no prestar suficiente atención al original. Muchas personas se basan totalmente en el texto en español y leen el ruso a medias. Eso no quiere decir que esta lectura no dé ningún resultado: por supuesto, algo se capta y se recuerda, pero la tarea principal -la lectura y la comprensión del texto extranjero- queda fuera del alcance. A menudo esto ocurre no tanto por falta de diligencia y eficacia, sino por la elección equivocada del algoritmo.
Para que la lectura tenga éxito, es importante entender que su tarea principal es leer el texto de forma independiente en ruso y entenderlo. Necesita una co-traducción para aclarar los matices, para comprobar si ha entendido bien el pasaje y para descifrar los pasajes que aún no están disponibles.
La clave de su estrategia de lectura es elegir la longitud del fragmento que va a leer sin mirar la traducción. Cuanto más maleable sea el texto, más largo será el pasaje. Eso no quiere decir que esos fragmentos sean iguales en todos los textos: en uno puede ser una parte de una frase compleja, en otro una página: todo depende de la accesibilidad y la familiaridad del estilo del texto y del porcentaje de palabras desconocidas. Tu objetivo al leer los textos también juega un papel importante. Si sólo quieres entrenar tu ruso receptivo, es menos importante que si quieres enriquecer tu vocabulario léxico y gramatical.
No tengas miedo de experimentar con la longitud de un fragmento, de aumentarla a medida que lees el texto; a veces parece que la lectura de un fragmento largo te supera: sorpréndete aumentando el fragmento y “superándolo”. Es cuando se complica la tarea con sabiduría y precaución cuando se produce el crecimiento.
Si la lectura le resulta bastante fácil, puede leer “hasta la saciedad” y duplicar la lectura sólo de aquellos pasajes que le resulten difíciles de entender.
En cualquier caso, es importante “fingir” que estás leyendo por tu cuenta en ruso, y sólo asegurarte leyendo la traducción. La traducción le ayudará a controlarse y a evitar que las palabras malinterpretadas le alejen de la comprensión del texto. Ajusta la longitud del fragmento que estás leyendo y consulta la traducción sólo después de intentar darle sentido al original.
Su percepción del original debe ser activa (es decir, debe pensar en lo que está leyendo). Muchos pueden argumentar que, incluso con la lectura pasiva (a máquina) del original, la lengua se absorbe “subconscientemente” y que esta lectura de textos paralelos es ideal. A esto puedo decir que prefiero que mi aprendizaje sea lo más inconsciente posible. La lectura pasiva del original me parece ideal no para los que realmente quieren “avanzar” en sus conocimientos lingüísticos. La ausencia de intentos de percibir activamente el original se convierte a menudo en la creación de la ilusión de leer “en dos idiomas” en uno mismo y en ignorar completamente el texto ruso, su máquina, quién sabe por qué existe.